Hidratación de la piel: Conoce los verdaderos beneficios

Para conseguir una piel bonita, sana y suave, es esencial hidratarla de forma habitual. Pero mucha gente no conoce los verdaderos beneficios de la hidratación y los problemas de la piel deshidratada. Por lo tanto, este es el tema que va a comprobar en este artículo. Sigue leyendo y descubre cómo mantener la hidratación en tu rutina de cuidado de la piel.

La importancia de la hidratación de la piel

La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y, al ser la barrera protectora de todo el organismo, requiere un cuidado especial. Para que nuestro cuerpo no sufra con el contacto con la lluvia, el sol, el calor y el frío, por ejemplo, es fundamental que la piel esté correctamente hidratada. Sin olvidar que la hidratación previene la aparición de alergias derivadas de los microorganismos.

Mantener la piel hidratada es importante en todas las estaciones del año y, como ya se ha dicho, la cuestión no es sólo estética. Como todo el mundo sabe, el sol es uno de los mayores agresores de la piel. Por eso es importante combinar la protección solar y las cremas hidratantes.

En invierno, aunque la agresividad parece ser menor, el nivel de importancia debe ser el mismo. Esto se debe a que la baja humedad del aire favorece la deshidratación natural de la piel.

Con toda la influencia de estos agentes internos, la piel tiende a sufrir con síntomas como sequedad, picor, enrojecimiento y descamación. Para evitarlo, te explicamos cómo mantener tu piel hidratada en todas las estaciones.

Cuidados necesarios de la piel

Cuando hablamos de hidratación de la piel nos referimos a un conjunto de cuidados que, en conjunto, contribuyen a un aspecto bello y saludable del órgano más grande del cuerpo. Por lo tanto, para tener una piel hidratada y bonita es necesaria la disciplina y la adopción de una rutina de cuidados específicos.

Hemos preparado algunos consejos que te ayudarán a crear tu rutina de cuidados. Compruébalo.

Identifica tu tipo de piel

El primer paso para tener una piel sana es identificar tu tipo de piel. En otras palabras, averigua cuáles son las necesidades de tu piel y, a partir de esa información, crea una rutina de cuidados específica. De esta manera, será posible elegir los productos y activos más adecuados para su caso.

Después de todo, ¿cómo identificar su tipo de piel? Esta es una duda común, y la forma más correcta de obtener esta información es consultando a un dermatólogo. Sin embargo, enumeramos algunos signos comunes de cada tipo de piel:

  • Piel normal: presenta poros pequeños y poco visibles. No produce demasiada grasa ni sequedad, por lo que es equilibrado.
  • Piel seca: es una piel con poca luminosidad, un poco opaca. La razón principal es que la piel no es capaz de retener la cantidad necesaria de agua.
  • Piel grasa: es el tipo de piel más común entre las mujeres. La piel grasa tiene los poros dilatados y sufre una elevada producción de sebo. Por lo tanto, las personas con este tipo de piel son más propensas al acné.
  • Piel mixta: es una mezcla de piel grasa y normal/seca. Generalmente, este tipo de piel sufre de oleosidad sólo en la zona «T» de la cara (frente, nariz y barbilla), mientras que el resto de la cara tiene una producción de sebo más controlada.

Incluye la hidratación de tu piel en tu rutina

Después de identificar tu tipo de piel es el momento de incluir la hidratación en tu rutina. Y no existe una piel grasa que no deba ser hidratada, ¿ves? La única diferencia en este caso es que debes utilizar activos más ligeros, que no sean tan pesados, pero la hidratación sigue siendo un paso indispensable.

Enumeramos algunos de los activos hidratantes más recomendables para incluir en tu rutina:

  • Vitamina C: es un excelente antioxidante, por lo que ayuda a proteger contra los efectos nocivos del sol, además de actuar en la formación de colágeno.
  • Ácido hialurónico: es uno de los activos hidratantes más comunes, siendo el responsable de atraer agua al organismo, evitando la sequedad de la piel. El componente rellena los pequeños espacios entre las células de la dermis, dejando la piel más lisa y firme.
  • Colágeno: es una proteína producida naturalmente por el organismo, sin embargo, con el tiempo su producción disminuye, lo que contribuye al envejecimiento de la piel. Por ello, es importante incluir productos con este ingrediente activo para devolver a la piel su brillo y viscosidad.
  • Glicerina: ayuda a la absorción del agua, confiriendo así una mayor protección a la piel. El resultado es una piel suave y con más elasticidad.
  • Urea: es un humectante con alta capacidad higroscópica, además de tener acción antiinflamatoria, antiséptica y desodorizante. Deja la piel más suave y flexible.

Tener una dieta equilibrada

La hidratación empieza desde dentro hacia fuera. Para tener una piel bonita y sana es necesario llevar una dieta equilibrada, rica en ingredientes que contribuyan a mejorar el aspecto de la dermis.

Estos son algunos alimentos para una piel sana:

  • Salmón: tiene ácidos grasos omega 3, por lo tanto, actúa en la hidratación y combate la inflamación de la dermis.
  • Linaza: rica en omega 3, esta semilla es un excelente aliado para una piel bonita y sana
  • Frutas ricas en vitamina C (naranja , kiwi, etc): son alimentos antioxidantes, por lo que contribuyen a minimizar el envejecimiento de la piel
  • Verduras como la col, el repollo y la berenjena: ayudan a la producción de colágeno. Por lo tanto, ayudan a prevenir la aparición de arrugas y flacidez, causadas por el envejecimiento de la piel.

Además de una dieta equilibrada, también es importante beber mucha agua cada día. Se recomienda beber al menos dos litros de agua al día.

El hábito de beber mucha agua ayuda a eliminar las toxinas que perjudican la producción de colágeno, además de aportar los nutrientes necesarios para que tu piel se mantenga sana, retrasando la aparición de arrugas y otros signos de envejecimiento.

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