«¡El niño no quiere aprender!» – tal problema preocupa a un número cada vez mayor de padres. La falta de motivación de un niño para aprender es todo un desafío. ¿Y sabías que ¿La motivación para aprender se forma muy temprano? En el artículo, sugiero qué hacer cuando un niño no quiere aprender.
¿El niño no quiere aprender? ¡La motivación para aprender se forma muy temprano!
Vale la pena desarrollar el amor por el aprendizaje en un niño desde una edad temprana. Los niños pequeños tienen una tendencia natural a explorar el mundo que los rodea y aprender cosas nuevas. La tarea de un padre en los primeros años de la vida de un niño es mostrarle y explicarle varios fenómenos en el mundo.
Leer juntos es una actividad extremadamente importante y en desarrollo. Nada desarrolla tanto una mente joven como la palabra escrita, una historia y, sobre todo, el tiempo que se pasa con los padres.
Recuerde que los niños aprenden principalmente por imitación. Por eso es importante dar ejemplo desde temprana edad. Un libro en lugar de un teléfono inteligente, leer libros juntos, juegos educativos: todo esto hará que el niño asocie el aprendizaje con algo agradable más adelante en la vida.
Mi hijo no quiere estudiar, ¿por qué sucede esto?
Primero, debe buscar las razones de esto. Los padres a menudo asumen de antemano que la falta de voluntad de un niño para aprender se debe a su pereza. Sin embargo, este no es siempre el caso.
Una variedad de razones pueden estar detrás de la falta de motivación para aprender, incluyendo:
- problemas en la escuela – con maestros o compañeros, lo que a veces conduce a problemas mentales, incluida la depresión
- Problemas del niño con la concentración. – relacionados con, por ejemplo, trastornos de la integración sensorial o dificultades como la dislexia o la disortografía. Por eso, siempre vale la pena consultar previamente a un especialista.
- Mala vista o audición – Puede resultar que tales «razones de salud prosaicas» estén detrás de los problemas del niño en la escuela. Vale la pena verificar la salud del niño con anticipación.
- Sin comprensión de un sistema educativo obsoleto
Seamos honestos: nuestro sistema educativo no anima a los niños a aprender. Programas sobrecargados, conocimientos enciclopédicos, servidos de una manera poco interesante: todo esto puede disuadirlo de aprender. Los maestros que pueden inculcar en un niño la curiosidad por el mundo siguen siendo la excepción y no la regla. Por eso, en mi opinión, el papel de los padres es tan importante: ¡podrán mostrarles a sus hijos que el aprendizaje puede ser interesante y útil!
Cuando el niño no quiere aprender – una guía
1. No critiques, castigues o recompenses
¿Qué hacer cuando un niño se niega a aprender? Ciertamente no grites ni critiques! Sé que a veces en la emoción emocional es fácil criticar y culpar a un niño por sus fracasos en la escuela. Sin embargo, puedo asegurarle que tal procedimiento no traerá los resultados esperados, sino que hará que el niño sea aún más retraído. Además, no compare a su hijo con otros (ya sean hermanos o colegas). No grites, no uses la violencia. ¡Nunca!
Sé que muchos padres encuentran muy tentadores los castigos y las recompensas (ya sea por una tarea asignada o por mejores calificaciones). Sin embargo, puedo asegurarles que las penalizaciones y las recompensas son efectivas solo en un final muy «corto». Un niño, incluso si comienza a aprender temporalmente, lo hace solo por miedo al castigo o para obtener una recompensa. No puede esperar que como resultado de la aplicación de castigos y recompensas, el niño actúe voluntariamente en el futuro (por ejemplo, por curiosidad o sentido de la responsabilidad)
2. Aprender juntos a través del juego
Actualmente, tanto en Internet como en diversas guías, encontrarás una gran cantidad de formas diferentes de diversificar el aprendizaje de tu hijo. Hay muchas ayudas didácticas interesantes en las tiendas (por ejemplo, ayudas educativas Montessori).
A veces no necesitas ningún accesorio científico moderno, pero tu imaginación es suficiente. Aprender fracciones con bloques, aprender biología en viajes al bosque, mirar videos educativos interesantes juntos: todo esto puede hacer que su hijo disfrute de la ciencia.
Usted conoce mejor a sus hijos: sabe qué les interesa y qué no necesariamente. Por lo tanto, trate de diversificar su aprendizaje con ellos de tal manera que despierte su interés. Recuerde, sin embargo, que aprender juntos no significa ayudar a su hijo. Hacer su tarea por él ciertamente no lo motivará a aprender.
3. Ayudar al niño con la organización del tiempo.
A veces, las dificultades de un niño en la escuela son causadas por el hecho de que no puede organizar su tiempo para que haya tiempo suficiente para todas sus «actividades diarias». La falta de regularidad favorece la aparición de retrasos. Tal vez sepa por experiencia propia que cuantos más atrasos tenga en mente, más difícil será salir de ellos.
Siéntese con su hijo y traten de planificar juntos cada día para que puedan encontrar tiempo para aprender y jugar. Ayúdalo a ponerse al día. Tal vez resulte que se necesitará tutoría. Trate de no juzgar al niño, sino de ayudarlo realmente a salir del «problema». Ciertamente requerirá más tiempo y compromiso de su parte por un tiempo, pero gradualmente tal planificación del tiempo debería convertirse en un hábito para su hijo.
Vea cómo ayudar a su hijo a aprender sin tutoría: ¿Cómo ayudar a su hijo a aprender sin tutoría?
4. ¡Despierta la pasión de tu hijo!
Un niño no tiene que ser bueno en todo. Las buenas calificaciones en todas las materias no garantizan un futuro brillante y una carrera prometedora. En la vida (incluida la vida profesional), también son importantes otras habilidades, como confianza en sí mismo, ingenio o ambición.
En mi opinión, es más importante que las notas que el niño encuentre algo en su vida que le apasione y le haga feliz. Que pudiera desarrollar esta pasión, trabajar en sí mismo, mejorar sus habilidades. El desarrollo de sus intereses ayuda en esto.
5. amar y aceptar
Ame y acepte a su hijo siempre, independientemente de las calificaciones o los logros escolares.