Origen: hebreo o árabe (dudoso).
Etimología: de ayda (árabe).
Significado: distinguida, generosa.
Onomástica: 2 de febrero.
Historia: este nombre se hizo popular a raíz de la ópera Aída de Giuseppe Verdi, estrenada en 1871. En la obra, Aída, hija del rey de Etiopía, es esclava en la corte del faraón, se enamora del general Radamés y ambos son condenados a muerte.